La epilepsia es un trastorno cerebral provocado por un desequilibrio en la actividad eléctrica de las neuronas de alguna zona del cerebro. Para los detalles exhaustivos, concienzudos y detallados de la patología, tenemos otra entrada del blog donde profundizamos en los tipos de epilepsia.
Aquí vamos a centrarnos en la pregunta de la heredabilidad de la epilepsia.
Dado que la heredabilidad de una característica viene unida a su genética, profundicemos en la genética de esta enfermedad.
Causas de la epilepsia: genéticas y no genéticas
Lo primero que debemos esclarecer, no todas las epilepsias tienen un origen genético.
Es un detalle que hay que recalcar. La epilepsia no es una única enfermedad, sino que agrupa muchas y diversas que cumplen la condición básica: eventos súbitos de corta duración con una actividad excesiva y anormal del cerebro. Por eso dentro del término encontramos distintas clasificaciones y tipos de crisis epilépticas.
Si nos preguntamos qué causa la epilepsia, primero debemos distinguir entre causas genéticas y no genéticas.
En muchos casos la enfermedad se debe a daños en el cerebro. Los principales causantes son accidentes cerebrovasculares, tumores cerebrales, traumatismo craneoencefálico, consumo de drogas, infecciones en el cerebro o falta de oxígeno durante el nacimiento.
Incluso, aunque haya una predisposición genética superior a la media en la persona, el desencadenante inicial puede ser un factor ambiental. No es infrecuente que la primera crisis epiléptica que sufra una persona, sobre todo en jóvenes, sea por el consumo de sustancias. Posteriormente, al ser tratado, se descubre que tenía antecedentes familiares de la patología y era propenso a desarrollar la patología.
Aunque el estilo de vida ha acelerado considerablemente la aparición, se considera que entre el 30-40% de las epilepsias tenían una predisposición genética previa.
Por la misma razón, un individuo que tenga familiares de primer grado que sufran la enfermedad tienen el riesgo de padecer epilepsia entre dos y cuatro veces por encima de la media.
Sospechas, pero no confirmas el causante
Existe también un tipo de epilepsia llamada epilepsia idiopática en la que las causas son desconocidas. No es que sean totalmente desconocidas, se presupone que son causadas por alteraciones genéticas, pero no se detecta qué anomalías son las responsables de la enfermedad. Su transmisión a la descendencia tampoco sigue los patrones normales de las enfermedades heredadas.
Estas personas tienen un cerebro anatómicamente normal y la mayoría de las veces no ha habido ningún suceso que actuara como desencadenante.
Sí se ha visto que, en estas epilepsias, la falta de sueño es un factor de riesgo adicional. Parece ser que estos pacientes tienen predisposición a sufrir crisis convulsivas por su genética. Además, suelen manifestarse pronto, durante la niñez y la adolescencia.
Por suerte, la mayoría de estos casos responden bien al tratamiento y los afectados no ven disminuidas sus capacidades intelectuales y/o cognitivas.
Hay otro grupo especial de epilepsias, las epilepsias criptogénicas. Estas epilepsias son también de causas desconocidas, pero a diferencia de las idiopáticas se ha descartado que sean debidas a la genética.
En las criptogénicas, los responsables serían alteraciones histopatológicas y celulares.
Se considera que, en aproximadamente la mitad de todas las personas con epilepsia diagnosticadas en el mundo, la causa directa de la enfermedad es desconocida.
Entonces, ¿la epilepsia es hereditaria o adquirida?
La respuesta honesta y breve a esta pregunta es: depende de la epilepsia que el paciente sufra. Decir que la epilepsia es hereditaria es una afirmación inexacta.
La epilepsia es un trastorno mental que engloba patologías que comparten los síntomas y efectos en el cerebro, pero con diferentes responsables.
Hay enfermedades epilépticas que tienen una herencia autosómica dominante. Con que uno de los dos progenitores tenga la enfermedad, el riesgo de sus hijos de padecerla es del 50%.
Por ejemplo, epilepsia neonatal benigna familiar (BFNE de sus siglas en inglés) es un síndrome genético con crisis febriles que ocurren ya en recién nacidos. Sí, por desgracia, en algunas de las enfermedades hay ya epilepsia en el bebé. Los responsables son los genes KCNQ2 y KCNQ3.
La epilepsia hipermotora asociada al sueño autosómica dominante (ADNFLE de sus siglas en inglés) es otra forma de epilepsia con herencia autosómica dominante. Si alguien tiene curiosidad por el nombre, es porque los afectados tienen contracciones y movimientos involuntarios mientras duermen. En la actualidad hay 7 genes implicados en la enfermedad.
Existen también formas recesivas de epilepsia y tienen peor pronóstico que las dominantes.
Entre ellas tenemos la enfermedad de Lafora, debida a un problema en el metabolismo del glucógeno. Se forman depósitos de poliglucosanos, insolubles, que afectan a varios órganos incluyendo el cerebro, provocando convulsiones, entre otros síntomas. Los responsables son los genes EPM2A o EPM2B.
El síndrome de Unverricht-Lundborg es otro tipo de epilepsia autosómica recesiva. Surge a partir de los 8-13 años, y es frecuente en la región del Báltico. En este caso se deben al gen CSTB.
Otra de las autosómicas recesivas es la epilepsia dependiente de piridoxina, debida al gen ALDH7A1. Es una de las de aparición más temprana, con convulsiones en el bebé. Algunos expertos especulan que incluso podría haber convulsiones antes del nacimiento.
Con un abanico tan amplio de enfermedades incluidas dentro del grupo de las epilepsias, nos encontramos con algunas vinculadas al sexo del paciente.
El gen ARX es un gen que codifica información para una proteína que participa en la regulación de otros genes. Es necesario durante el desarrollo embrionario para la maduración de distintos órganos, entre ellos el cerebro. El gen se encuentra en el cromosoma X, causando una epilepsia ligada a ese mismo cromosoma.
La epilepsia PCDH19, debida al gen PCDH19, es un caso curioso. El gen codifica para una proteína del sistema nervioso que participa en la comunicación celular. Hasta ahí nada raro. El gen se encuentra en el cromosoma X, pero a diferencia del anterior, la enfermedad afecta principalmente a chicas (ya que se manifiesta en edades tempranas), teniendo muy pocos casos registrados en chicos.
Las epilepsias debidas a alteraciones genéticas, fuera de casos concretos, tienen una heredabilidad no mendeliana. Por decirlo de manera coloquial, su heredabilidad es MUY complicada.
Lo bueno es que el riesgo a sufrir la enfermedad por tener parientes que la tengan es mucho más bajo que otras enfermedades genéticas. Lo malo es que predecir el riesgo es también más complicado. Lo primero es categorizar qué epilepsia específica, dentro del repertorio de opciones, es la que sufre el paciente.
Si la epilepsia no es genética, no puede ser heredada. Si un paciente epiléptico ha desarrollado la enfermedad a partir de una encefalitis, sus hijos no tienen un riesgo mayor a la media a sufrir la enfermedad.
En resumen, las epilepsias agrupan trastornos cerebrales que pueden no ser heredables, otras sí, y las heredables presentan todas las formas de heredabilidad que pueden existir.
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