Septiembre es sinónimo de regresar a la rutina después del período vacacional. Establecer nuevos propósitos a nivel laboral y personal y adquirir hábitos saludables es esencial para que se encare la vuelta con motivación.
A veces nos abrumamos y no sabemos por dónde empezar. La solución es hacerlo poco a poco, sin querer abarcar todos los cambios de golpe y con un motivo real para accionarlos.
¿Sabías que tu ADN puede ser de gran ayuda para saber en qué hábitos focalizarte? Te lo explicamos a continuación.
Propósito 1: más actividad física
Si uno de tus objetivos es empezar o retomar la actividad física, tu ADN puede darte pistas sobre con qué deporte empezar: uno más anaeróbico u otro más aeróbico.
Esto es debido a que el rendimiento cardíaco, el consumo de oxígeno y la composición de las células musculares son aspectos altamente predeterminados por la genética. Por ejemplo, los velocistas tienden a presentar más fibras de contracción rápida en las piernas, mientras que las de los deportistas de fondo son de contracción lenta.
Esta información te ayudará a obtener un mejor rendimiento muscular y te facilitará decantarte por salir a correr o, quizá, priorizar los ejercicios de fuerza o resistencia.
Propósito 2: buena alimentación
Tu información genética también determina aspectos relacionados con la nutrición personal, como los niveles de vitaminas y la metabolización de los macronutrientes o intolerancias, entre otros.
Conocer si posees predisposición a tener niveles disminuidos de vitaminas u otros nutrientes, te permitirá saber si debes incrementar su consumo a través de la dieta y, como consecuencia, disminuir el riesgo de sufrir algunas enfermedades relacionadas con estos niveles bajos.
Por otro lado, saber si presentas predisposición genética a la alergia al cacahuete, intolerancia a la lactosa o al gluten será de gran ayuda para establecer unos hábitos alimenticios acorde a tus digestiones y, sobre todo, a tu bienestar.
Propósito 3: más salud
Conocer tu predisposición genética a desarrollar enfermedades complejas te concienciará para mejorar y aplicar hábitos de vida saludables en función de tu riesgo a padecer estas enfermedades.
Por ejemplo, si en tus resultados observas una predisposición más alta que la media a sufrir cáncer de pulmón, sería un buen momento para dejar de fumar.
Otro ejemplo podría ser que, si presentas alta predisposición a la hipertensión arterial, lo más recomendable es que empieces cuanto antes a reducir la cantidad de sal en las comidas, restringir el consumo de alcohol y mantener un peso saludable para, así, disminuir el riesgo a desarrollar problemas de salud relacionados con esta enfermedad.
Para acabar, ¿qué propósitos tienes tú para este septiembre?, ¿te animas a que tu ADN te indique qué hábitos saludables deberías adquirir este nuevo curso?
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