La mayoría hemos tenido algunos días en los que nos encontramos con problemas de autoestima, bajo ánimo y sin ganas de hacer ni siquiera las actividades que nos gustan. Pero si esos días se convierten en semanas o incluso meses, lo que tenemos es depresión clínica.
Aunque la depresión clínica es un trastorno psiquiátrico que ha ido ganando repercusión en el campo de la medicina en la última década, la enfermedad lleva registrada y reconocida desde 1980.
Es una enfermedad compleja, vinculada a factores genéticos y ambientales. Tener familiares con la patología se considera un factor de riesgo, ya que las enfermedades mentales son hereditarias.
Esta enfermedad, más habitual en mujeres que en hombres, y que suele aparecer en la veintena, puede durar desde meses hasta toda una vida, con episodios de mayor gravedad. Los tratamientos más aceptados son tanto terapia psicológica como antidepresivos, por ejemplo, la mirtazapina. Se trata de un antidepresivo de segunda generación con un uso tan aceptado que en la actualidad solo en EE. UU. hay unas 6 millones de prescripciones anuales.
¿Ya, pero, qué es la mirtazapina?
Desarrollando un poco, la mirtazapina es un antidepresivo atípico de estructura tetracíclica y clasificado como noradrenérgico y serotoninérgico especifico (en inglés NaSSA). Esta última frase posiblemente os ha dejado más confusos que antes de leerla, así que vamos a explicarla.
Los antidepresivos típicos lo que hacen es incrementar los niveles de dos neurotransmisores, serotonina y/o noradrenalina. El objetivo es mejorar el estado de ánimo y la actividad del paciente mediante la regulación de ambos neurotransmisores. La mirtazapina también lo hace, pero de una forma distinta a los demás antidepresivos (de ahí que sea “atípica”).
Funciona como un antagonista para receptores presinápticos adrenérgicos (los receptores presinápticos regulan la liberación de los neurotransmisores, y los adrenérgico detectan noradrenalina), de histamina y de serotonina. Dentro de todos los antidepresivos, es el única que actúa de esta manera.
Precisamente por el aumento en los niveles de serotonina y noradrenalina es por lo que se considera un antidepresivo NaSSA.
Decimos que tiene estructura tetracíclica porque contiene cuatro estructuras en forma de anillo. Aquí no hay misterio. No todo en ciencia es complicado.
Es distinta, pero, ¿es mejor?
¿Qué beneficios tiene la mirtazapina frente a otros fármacos? Su condición de atípico le permite ser eficaz en casos de depresión clínica en los que los antidepresivos típicos no funcionan. El uso de la mirtazapina está recomendado en pacientes que presentan resistencia frente a otros tratamientos farmacológicos, en ocasiones en uso sinérgicos con otros medicamentos.
Por sí mismo tiene uno de los rendimientos más elevados, mostrando ya buenos resultados en las primeras dos semanas. Con una dosis diaria normal, su concentración alcanza el estado estacionario a los cuatro días en adultos y seis en personas mayores. Para ahorraros la duda, una concentración estacionaria es aquella en la que la cantidad de fármaco incorporado al cuerpo es igual a la que se expulsa, y como en la mayoría de los fármacos es el hígado el encargado de su degradación.
Otra de sus ventajas es la seguridad. Sus efectos colaterales son por lo general de baja gravedad y transitorios, como sequedad bucal, somnolencia o aumento de peso las primeras semanas. En contraste con otros antidepresivos, la mirtazapina no disminuye el rendimiento ni el interés sexual, e incluso algunos estudios defienden que aumenta el interés, un riesgo aceptable. En estudios con mujeres embarazadas de un mes tampoco ha mostrado complicaciones ni daños sobre la madre o el embrión. Los casos registrados donde la salud del paciente se vio afectada se solucionaron en el momento en el que fue retirado el tratamiento.
Aunque la FDA solo ha dado su aprobación para el tratamiento de la depresión, por sus escasos efectos secundarios se utiliza con frecuencia para enfermedad clínicas, como problemas de pánico, ansiedad, estrés postraumático o incluso dolor de cabeza.
Pero el uso donde destaca es para dormir. Es habitual que muchos de estos antidepresivos causen o empeoren el insomnio que suele acompañar este trastorno del ánimo. La mirtazapina tiene un efecto sedativo que ayuda a estos pacientes a conciliar el sueño. Este efecto sedativo es dependiente de la dosis, aumentando a mayores concentraciones. Es interesante que un efecto a priori negativo haya terminado siendo uno de sus puntos fuertes.
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