Los deportistas profesionales acaban siguiendo entrenamiento, rutinas y dietas personalizadas, aunque últimamente otro factor se está teniendo en cuenta en la personalización: descubrir su genética.
Ya teníamos un artículo previo sobre el tema, tests de ADN para atletas, pero hemos decidido actualizarlo y añadir uno nuevo explicando las ventajas de incorporar el conocimiento de tu propio genoma en el deporte:
AVERIGUAR TU PREDISPOSICIÓN GENÉTICA A SUFRIR DAÑO MUSCULAR
Un cierto daño muscular es necesario para su crecimiento. Sirve como estímulo positivo para su remodelación y reestructuración, dando lo que los deportistas quieren: crecimiento y ganancia de fuerza.
Recalcamos la parte de “cierto daño”. El exceso provoca una degradación muscular y, de regalo, la liberación de su contenido a la circulación, con el riesgo de causar otros daños adicionales.
El mayor factor en el daño muscular, más incluso que la genética, es la edad. Las personas mayores son más susceptibles a las lesiones musculares, regeneran músculo con lentitud y tienen dificultades para la remodelación y ganancia.
Pero ciertas variantes genéticas han sido asociadas con un mayor riesgo de sufrir lesiones relacionadas con el deporte, o con fenotipos que predisponen a los atletas a sufrir lesiones.
Encontrar consenso entre los diferentes y numerosos estudios no es fácil. Aunque está comprobado que los deportistas de élite tienen perfiles genéticos distintos a la población general, hay que interpretarlos dentro de las variaciones debidas a etnia, edad o género.
Por ejemplo, se ha encontrado que el gen SLC30A8 tiene una variante que en los hombres hace que sufran menos pérdida de fuerza y dolor muscular tras el ejercicio. En las pruebas con mujeres no se encontraron cambios.
Los dos genes más estudiados en este campo, y quizás en todos los campos de la genética del deporte, son ACTN3 y ACE.
- ACTN3 codifica una proteína llamada α-actinina-3, con función estructural dentro del músculo. Se consideran dos alelos, un alelo R que produce la proteína normal, y otro X que produce una versión no funcional. Parece ser que las personas RR o RX, que tienen la proteína, son mejores en deportes de potencia y velocidad. En cambio, las personas XX, sin la proteína, tienen mejor capacidad en deportes de resistencia.
- ACE codifica un enzima cuya función principal es convertir la angiotensina I en angiotensina II. Sin embargo, y no se sabe cómo lo hace, hay una variante genética que está relacionada con los mayores niveles de producción del enzima, y con una mayor proporción de fibras musculares de contracción rápida y mayor velocidad.
Ambos genes presentan también variantes vinculadas con la predisposición de sufrir lesiones durante el deporte. En esta lista se incluyen los genes AMPD1, CKM y MLCK, entre otros.
Precisamente en nuestro test genético, en el estudio del daño muscular inducido por el ejercicio, uno de los genes que analizamos es el ACTN3.
Conociendo esta información, podrás individualizar tus entrenamientos con el objetivo de maximizar tus tiempos de recuperación y disminuir el riesgo de lesiones posteriores.
CONOCER TU RIESGO DE DESARROLLAR OTROS DAÑOS MUSCULARES
Hay otros tipos de lesiones en el deporte con independencia de los músculos.
Las tendinopatías son una inflamación de los tendones, el tejido conjuntivo que une el músculo con el hueso. El estado de los tendones influye en el rendimiento deportivo y es influido por la genética.
Ciertos polimorfismos en los genes COL1A1, COL5A1 y MMP3 se han asociado con una prevalencia en lesiones en tendones y ligamentos. Por eso los analizamos en las tendinopatías en extremidades superiores y tendinopatías en extremidades inferiores.
En caso de que fueras a comprobarlo en un diccionario, la diferencia del tendón con el ligamento es que este último une un hueso con otro hueso, no con el músculo. Aquiles era puro músculo y por eso le dieron su nombre a un tendón. O algo así, somos un blog de genética, no de mitología griega.
Dado que en el daño muscular involucra inflamación, las variaciones genéticas que implican el proceso inflamatorio también se relacionan con las lesiones deportivas.
Una persona que, por causas genéticas o no genéticas, tenga procesos inflamatorios exacerbados, tendrá también tiempos de recuperación de las lesiones mayores de la media. Se cree que polimorfismos en los genes IL6 e IL6R, estudiados principalmente por su participación en la inflamación, predisponen a la rotura de ligamentos.
De la misma manera, el conocimiento de estos genes proinflamatorios sería relevante para predecir el proceso de curación en la persona herida.
¿Y los calambres musculares? Ocurren cuando el músculo se tensa sin intención de hacerlo y luego tiene problemas para relajarse. Habituales después de un deporte intenso, cuando el músculo agotado recibe más señales de activación que de relajación y está demasiado cansado para saber qué hacer. Se sospecha que el gen COL5A1, mencionado anteriormente, puede tener variantes involucradas incluso en algo tan sencillo como un incómodo y persistente calambre muscular.
DESCUBRIR TU RENDIMIENTO MUSCULAR
El rendimiento muscular es la posibilidad de un músculo o de un grupo de músculos de hacer fuerza de manera repetida contra una resistencia. Tu rendimiento muscular está determinado por diversos factores como tu fuerza, tipo de fibra, entrenamiento, dieta y tu genética. En nuestro test genético el gen ACTN3 vuelve a venir a saludar.
Con el estudio de este gen y con los resultados de tu test genético podrás conocer si presentas mayor predisposición genética para el ejercicio de velocidad (fibras rápidas), en el caso de que tu genotipo sea CC, o al ejercicio de resistencia (fibras lentas), si los resultados de tu test genético muestran que tu genotipo es TT.
Pero no solo del músculo depende el rendimiento muscular, por raro que suene. El gen AMPD1 presenta una variante genética cuyos portadores tienen menor cantidad máxima de oxígeno que el organismo puede manipular en un tiempo determinado (se abrevia como VO2 máx). Esta gente tiene una menor respuesta al ejercicio de resistencia.
Hablando de músculo y energía, el gen CKM codifica un enzima que participa en la homeostasis energética del músculo, al mover grupos fosfato entre ATP y creatina (proteína con función de almacén de energía en el músculo). Variaciones de este gen afectan negativamente al rendimiento muscular prolongado.
En general, es de esperar que cualquier variación genética que afecte negativamente al metabolismo energético, ya sea de manera directa o indirecta (como la incorporación de oxígeno al organismo y su posterior manejo) va a repercutir en el rendimiento muscular, y no de forma agradable. Hemos llegado a una época en la que tenemos medicina personalizada, con base genética. El concepto de entrenamiento personalizado que involucre la genética del individuo resulta muy creíble. El análisis genético de tellmeGen puede ayudarte a prepararte para el futuro.