El Síndrome de Asperger (SA) es un trastorno del desarrollo que se caracteriza por la dificultad en la comunicación y en la interacción social que presentan los individuos que padecen este síndrome. Parece ser el resultado de la acción de diversos factores del desarrollo que afectan a gran parte o a la totalidad de los sistemas de funcionamiento cerebral. A pesar de que no se considera un síndrome hereditario, existe cierta semejanza entre los niños afectados y sus padres. Además, se sabe que el Síndrome de Asperger es genético, ya que hay múltiples factores genéticos implicados en el desarrollo de esta enfermedad.

El Síndrome de Asperger es genético, neurobiológico y ambiental
Las causas de la enfermedad son muy heterogéneas, contribuyendo a su desarrollo factores genéticos, neurobiológicos y ambientales. El hecho de que diversos factores genéticos contribuyan al desarrollo de una enfermedad, no quiere decir que esta enfermedad sea hereditaria. Por tanto, el Asperger no es un síndrome hereditario, aunque sí genético. Hay descritos cientos de genes relacionados con esta enfermedad, pero aún no se ha reconocido ninguna mutación específica que sea exclusiva de los trastornos del desarrollo, como podría ser el Asperger, Autismo, etc.
Hay múltiples estudios que relacionan determinadas mutaciones en genes implicados en el desarrollo del Síndrome de Asperger. Estos factores genéticos alteran el desarrollo del cerebro a través de la inactivación de importantes vías biológicas.

Es importante destacar que tener presencia de las mutaciones o polimorfismos relacionados con el Síndrome de Asperger no quiere decir que se vaya a desarrollar la enfermedad. Pero sí que implica una mayor predisposición genética a padecerla. No obstante, como ya se ha mencionado, el síndrome de Asperger no es solo genético, sino que también contribuyen factores ambientales en su desarrollo. Los factores ambientales que pueden actuar como un factor de riesgo independiente o que pueden afectar a los factores genéticos existentes en individuos con una predisposición genética mayor son:
- La edad de los padres
- Los acontecimientos perinatales y obstétricos
- Los factores ambientales
- El entorno fetal
- La exposición con tóxicos
Para conocer la predisposición genética que tiene una persona a desarrollar el Síndrome de Asperger, se puede realizar un test genético que estudie las mutaciones asociadas con la enfermedad. De esta manera, se pueden tomar medidas que no incrementen la exposición a los factores ambientales. El Síndrome de Asperger como tal no es hereditario, pero sí se pueden heredar los factores genéticos que aumentan la predisposición genética. La realización de un test genético para aquellos individuos con sospecha de padecer Síndrome de Asperger u otro síndrome del desarrollo puede ayudar a un diagnóstico más preciso y rápido.
Respondiendo a la pregunta que nos hacíamos al principio de este artículo podemos confirmar que el Síndrome de Asperger no es hereditario, aunque sí que es una enfermedad desarrollada gracias a la participación de factores genéticos.